El cliente del vino sigue cambiando

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La bebida que fascina, que envuelve con su manto de historias y conquistas. Vitamina para el cuerpo, equilibrio para el cerebro, relajante para el día a día.




La experiencia de beberse una buena botella de vino sigue en crecida, en Perú el comensal exige más, desde regiones hasta cepas nuevas. Antes no había forma de averiguar sobre el vino que comprabas, habían pocas enciclopedias que llegaban por aquí, había que salir al extranjero para encontrarse con ese hábitat tan maravilloso que es el mundo del vino.
Hoy el internet nos permite tomarle foto a la etiqueta y averiguar qué hay detrás de esa maravilla, la familia, el bodeguero, el enólogo, la técnica usada, el microclima, etc … Muchos se guían por el premio, la condecoración, el puntaje y ubicación en el ranking. Lo más interesante sucede al descorchar, todo cambia, solo estás tú y tus sentidos, llenos de recuerdos, de lugares, de sensibilidad, aquí ya no hay premio que valga. Es tu apreciación por esa expresión única que te vuelve más fan.
Con tanta información el cliente es otro, ya mutó, se encontró con tantos consumidores, que ahora tiene una cava con más de 100 botellas, unas para beber ahora y otras para guardar y dejar evolucionar. Otros contratan Sommelier en casa un viernes, otros realizan viajes en pareja a los viñedos más cercanos. El enófilo quiere ser más enófilo, equivocarse menos, ir directo al vino que encaja con su paladar. Que valga más su dinero y la experiencia de compra.
Definitivamente ahora es mucho más exigente el mercado, tanto así que en ferias, degustaciones y eventos es necesario personal mucho más calificado, lo cual no hay todavía. Alguien que te oriente, que te diga lo que hay que saber, los 5 puntos importantes del vino. Ya la gente no quiere escuchar si el vino es bueno, o si tiene un gran puntaje o es el Malbec del 2016. No ya no, el público ama las historias y el vino es eso.
Si quieres aprender más de vinos no dejes de beber, de experimentar, de soñar en encontrar la cepa que va contigo, la historia con la que más te identificas y que de paso la puedas contar entre tus compañeros de cata.
Si cuando llegas al restaurante no te sorprenden con nuevos vinos, es que algo falta en esa área. Cuando te descorchen una botella pide que te cuenten la historia, por qué es que se diferencia este vino del otro y si no saben responderte es mejor que no lo bebas. El vino es y será el ingrediente que le faltaba al plato. Es gastronomía, es información, es agricultura, sino lo saben mejor que no vendan vino. Cada carta de vino debe ser una obra de arte, que complemente la vida de la carta de comidas. Sin profesionales no encontraremos la unión perfecta entre la cocina, el bar, la cava, el salón.
Hasta el precio para el cliente ya cambió, en google ya se conoce el valor de la botella en el mercado y nuestra política de impuestos al alcohol es tan alta ( casi ridícula ), que ahora es más difícil sobrevalorar un vino en una carta.
Y por último, el que ama el vino busca a un especialista, necesita el protocolo, le gustan cada día más los momentos especiales, de culto, donde se planifica hasta el sonido del maridaje. Hoy por hoy el cliente busca mayor exclusividad, variedad, quiere que le cuenten todo, quieren que se lo lleven a la casa, desea que lo mantengan informado en redes de lo último. Quiere todo hecho a su medida.
por José Bracamonte para blogs.gestion.pe

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