DIEZ VINOS PARA ENTENDER LAS GRANDES DIFERENCIAS ENTRE LA ARGENTINA Y CHILE

04/08/2017
En el país trasandino, padre e hijo comandan la reconocida bodega Viña Montes y, en 2002, decidieron apostar por Mendoza, fundando Kaiken. Un recorrido por los vinos hechos de un lado y otro de la cordillera muestra las abismales diferencias de terroirs. Pero también, cuenta una historia de familia 

"La Argentina, para nosotros, siempre tuvo una imagen impresionante. Y desde Chile mirábamos con mucha envidia, el tango, la carne… Así fue como vinimos en 2002, arrastrados por la pasión por el vino. Fueron momentos difíciles, estaba el corralito. Pero no nos importó, porque cuando queremos hacer algo vamos por ello y punto". 

Con esta frase, el bodeguero Aurelio Montes arrancó una degustación que se realizó en Buenos Aires y que, como él mismo explicó, no se trató de una cata tradicional: "No queremos hablar de niveles de PH o de carbonato de calcio. Queremos hablar de una historia de familia". 

Aurelio Montes es un reconocido bodeguero chileno que a fines de los años `80 fundó Viña Montes, una bodega clave de la industria vitivinícola del país vecino, dado que fue uno de los establecimientos que se enfocó en la calidad y contribuyó a posicionar a Chile como uno de los mayores exportadores a nivel mundial. 

Pero la historia de la familia Montes, lejos de quedar encerrada por los límites naturales que imponen la cordillera, continuó en la Argentina, cuando en el año 2002 crearon una nueva bodega: Kaiken. 

El hijo, Aurelio Montes Jr., fue un engranaje fundamental en este desembarco en el suelo mendocino. 

"Trabajé en bodegas de Francia, Australia, Estados Unidos y también en Chile. Recorrimos California, España y Portugal viendo qué podíamos hacer pero nos dimos cuenta que en Mendoza estaba todo lo que buscábamos. Prácticamente, no hay lugar en el mundo con el clima y los suelos que hayamos aquí", relató. 

"Cuando llegamos, era un país con una imagen tremenda y un potencial también tremendo. Pero con una industria vitivinícola poco desarrollada. Sentíamos que podíamos ocupar un lugar en ese diamante en bruto que era Mendoza y fue todo un desafío", agregó, en el marco de la degustación organizada en el Hotel Four Seasons, de Buenos Aires. 

Su padre afirmó que interpretar dos terroirs tan disímiles fue complicado: "En Chile tenemos la influencia marítima a lo largo de todo el país y es todo lo contrario a lo que sucede en Mendoza, donde los inviernos son secos y sin lluvia y el clima es continental. Pero hoy podemos decir que lo logramos". 

Así las cosas, los Montes hoy tienen un pie de un lado y del otro de la cordillera, de la mano de dos bodegas exitosas. 

Sin embargo, Montes Jr. afirmó que no buscan que se compare a Chile con la Argentina: "Es como intentar trazar un paralelismo entre la Argentina y Francia. Son países muy diferentes. Pero los vinos que hacemos de un lado y del otro tienen algo en común y es que comparten el mismo ángel". 

Así, con la idea de entender las diferencias de terroir, los Montes presentaron para la prensa especializada diferentes etiquetas de sus dos bodegas, un ejercicio que permitió ver cómo, a partir de una misma filosofía de trabajo, dos terroirs separados por una cordillera se presentan como mundos completamente diferentes en cada botella. 

Montes Alpha Chardonnay 2015 (Chile) 

El mayor de los Montes detalló que este blanco proviene del Valle de Casablanca, donde hay nieblas matinales, temperaturas mínimas de 10 grados y máximas de 27, un clima que alumbra aromas frescos y que permite lograr una buena acidez, bien equilibrada. 

"Lo defino como un vino de comida. No existe una mejora pareja que este estilo de Chardonnay con frutos de mar", explicó. 

¿Qué propone?: Vinos & Bodegas iProfesional se encontró con un blanco fresco, con aromas de flores, miel, frutas de carozo y hierbas. Es un ejemplar levemente untuoso, con una acidez bien equilibrada y nada estridente. Su volumen es interesante, tiene cuerpo y sustancia. La madera está muy bien integrada, logrando que se exprese más la fruta sanamente madura que los empalagosos aromas del caramelo. 

Kaiken Ultra Chardonnay 2015 (Argentina) 

Montes Jr. explicó que "nos enamoramos de Gualtallary, de donde proviene este vino, porque sabíamos que nos iba a permitir lograr un blanco de la zona fría de Mendoza, a partir de suelos más calcáreos, que le da ese toque mineral". 

¿Qué propone?: definitivamente, un blanco mesurado, tímido, que está lejos de los aromas explosivos. Ofrece lago de fruta blanca y una cuota tropical muy leve. A contramano de su "hermano" chileno, este blanco corre por el centro del paladar, pero no es un blanco que flaquea ni es fugaz. Por el contrario, tiene presencia, con una leve sucrosidad. Así se logra un vino muy armónico, con una impecable interrelación entre la acidez y frescura y la fluidez y ese toquecito apenas oleoso. 

Montes Alpha Cabernet Sauvignon 2014 (Chile) 

Según explicó Montes padre, este ejemplar lleva un 15% de Merlot, "para que le aporte el toque femenino". 

"El Cabernet Sauvignon en soledad puede otorgar un tanino cortante, más agresivo en Chile. En cambio, el Merlot le da algo más aterciopelado", agregó sobre este ejemplar que tuvo un paso de 50% en barricas nuevas y el resto en barricas usadas. 

¿Qué propone?: claramente, apenas se posa la nariz en la copa, se percibe que se está ante un Cabernet Sauvignon de influencia marítima. Está esa tipicidad a flor de piel, dada por la nota mentolada. Pero no es lo único: también se perciben frutas negras, especias y algo lejano a grafito. De ataque seco, no es un vino hiperconcentrado, pero sí de taninos musculosos, potentes, que apuntalan la estructura y que no son fáciles de encontrar en la Argentina. 

De hecho, el bodeguero afirmó que este ejemplar posee un potencial de guarda de hasta 20 años. 

Kaiken Ultra Cabernet Sauvignon 2015 (Argentina) 

Según Montes Jr., mientras que "es muy difícil en la Argentina hacer un mal Malbec, en el caso del Cabernet Sauvignon es diferente. El desafío era encontrar un muy buen terroir y por eso estuvimos buscando mucho hasta que dimos con un parral antiguo de Vistalba, que nos voló la cabeza". 

La diferencia de estructura entre lo que entrega un terroir y otro es abismal, según detalló el enólogo: "Los taninos son muy distintos: en la Argentina tenemos que hacer dos remontajes todos los días para que el mosto entre en contacto con los hollejos y lograr extraer. En cambio, en Chile hacemos un remontaje… pero por semana". 

Así, mientras que "en Chiel a los taninos hay que tratarlos con delicadeza, en la Argentina hay mucha más suavidad y los vinos resultan más fáciles de beber". 

¿Qué propone?: este Cabernet Sauvignon ofrece notas de fruta roja de sana madurez, junto a una sugerente nota de pimentón ahumado y un especiado leve, nada invasivo. Sus capas de aromas son fáciles de descifrar. En boca, es un tinto fluido, de taninos firmes pero de linda textura, sin aristas. El resultado es un vino muy bebible pero igualmente con carácter. Tiene buen potencial de guarda, pero está listo para disfrutar ahora. Eso sí: requiere de un buen corte de carne roja. 

Kaiken Ultra Malbec 2014 (Argentina) 

Se trata de un blend de tres terroirs bien diferentes entre sí: Altamira, Gualtallary y Vista Flores, en el Valle de Uco. "Cada zona nos entrega algo diferente y que no tiene nada que ver con los Malbec de Vistalba o Agrelo, en Luján de Cuyo", explicó Montes Jr. 

¿Qué propone?: es un Malbec que habla de notas de frutas rojas y frescas, crujientes. Se percibe un especiado sutil y una punta de grafito apenas nítida. La madera está muy bien integrada, dejando algo leve a vainilla. Como explicaba el enólogo, mientras que los tintos de Agrelo son más gordos, sucrosos y golosos, los de Uco hablan en general de tensión y de texturas. Así es como avanza este Malbec, por el centro del paladar, con esos taninos marca registrada de Montes que imponen presencia. Fresco y con carácter. 

Montes Alpha Malbec 2014 (Chile) 

Los Malbec en Chile, si bien no son tradicionales, se están difundiendo cada vez más. 

El problema, admite Montes Jr. es que "no es muy fácil de vender en el mundo. Los importadores cuando hablan de Malbec piensan en Argentina". 

A su turno, el padre detalló que las principales diferencias son su perfil mentolado y sus taninos más duros, que requieren una mínima intervención en bodega y un trabajo delicado. 

¿Qué propone?: a ciegas sería muy, pero muy difícil percibir que se está ante un Malbec, que en el país vecino adquiere una tipicidad diferente. Tiene un perfil especiado bien intenso, al tiempo que aparece un dejo a mentol, volviéndolo más pirazínico que frutado y que lo aleja de los descriptores clásicos a los que están acostumbrados los consumidores argentinos. En boca es un vino fresco, con excelente buena estructura. Ideal para paladares curiosos que quieran ver de qué se habla de Malbec cuando se cruza la cordillera. 

Montes Outer Limits Red Wine 2015 (Chile) 

Este vino, que conjuga Carignan, Grenache y Mourvedre, tiene una historia por detrás y dar con él no fue fácil. Según explicaron los Montes, la idea fue, a estas mismas variedades que se venían cultivando en las zonas frías de Chile, llevarlas y plantarlas en las zonas más cálidas, con suelos con pendientes que se asemejen más a la geografía francesa. 

"Queríamos lograr un vino más juvenil, con un toque de madera para dar complejidad y con una suave expresión mediterránea", graficó Montes padre. 

¿Qué propone?: se trata de un corte que ofrece frutas rojas y frescas, un suave trazo mentolado y una madera que habla de notas de vainilla. Es complejo por sus diferentes capas, pero sus aromas son tan nítidos que es muy fácil de descifrar. La Carignan, que no es una cepa demasiado amable, acá se despoja de la rusticidad y entrega una boca sedosa. Fresco y súper bebible. 

Kaiken Obertura Cabernet Franc 2015 (Argentina) 

Este vino nació gracias al desafío de un hijo a su padre. Mientras que el mayor de los Montes se negaba a elaborar un Cabernet Franc en la Argentina, por considerarla una variedad para mezclas, el hijo se decidió a comprar uvas y probar diferentes vinificaciones, sin revelarle nada, hasta dar con la calidad lograda. 

Y ese momento llegó un día: "Cuando lo tenía listo, lo llamé y se lo hice probar y cuando me comentó que le parecía bueno, ahí le dije: `Ya está envasado, no hay vuelta atrás`". 

¿Qué propone?: se trata de un tinto que habla el idioma de la sutileza, que habla de capas de bordes finos, que requieren atención para ir descifrándolas. Hay trazos de frutas rojas y negras, hay especias y hay levísimos tostados. Todo esto en dosis sutiles, nada explosivo ni estridente. En boca muestra una soberbia fluidez, con taninos finos, pulidos. Su acidez se vuelve algo vibrante pero no pierde la elegancia. Es un Cabernet Franc de alto vuelo, de los más sofisticados del mercado argentino. 

Mai 2013 (Argentina) 

Se trata de un Malbec pero, antes que nada, es un field blend. Es decir, el corte se hace en el propio viñedo. 

"Lo que me gusta de este vino es que proviene de un viejo viñedo de Vistalba, muy antiguo, que representa la historia de Mendoza. Porque entre las plantas de Malbec encontramos desde Semillón hasta Criolla. Es muy poco, un 2% a 3% del total, pero alcanza para darle otra complejidad", afirmó Montes Jr. 

¿Qué propone?: este "casi" 100% Malbec muestra una paleta intrincada en comparación a lo que es un varietal clásico. Hay frutas rojas y negras maduras, especias, trazos e laurel y orégano, todo esto apoyado en una crianza que aporta recuerdo a caja de tabaco y cacao. En boca es un vino full bodied, con taninos que se agarran del paladar. Su acidez aporta una frescura equilibrada, para nada fingida. Larguísima persistencia, gracias a sus notas de guindas maduras y de especias dulces. 

Taita 2009 (Chile) 

Se trata de un Cabernet Sauvignon con un 15% de un "corte secreto". Cada año se producen entre 1.500 y 1.800 botellas, pero sólo cuando lo amerita la vendimia. 

Según Montes Jr., "proviene de un viñedo pequeño, que se maneja distinto y en el que trabaja toda la familia, lo que le da un gran valor sentimental". 

Su padre acotó que los granos de este viñedo "son muy pequeños, con taninos potentes, que tienden a expresarse de forma voluputosa. Le pusimos Taita porque en Chile así se le dice a la gente con sabiduría, que traspasa su conocimiento. Y este es un vino que para nosotros tiene, justamente, mucha sabiduría". 

¿Qué propone?: se trata de un ejemplar de color intenso, donde se perciben aromas terciarios y aparece esa punta apenas licorosa que habla de un largo período de estiba. Ofrece además toques de pimentón ahumado, un perfil vegetal y frutas maduras. En boca es un vino de paladar pleno, full bodied, carnoso y fresco, con taninos de buen agarre y textura. Su acidez es buena, aportando un lindo frescor. 

Fuente: Por J.D.W. - iProfesional.

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