Desde La Pampa, una bodega construye su historia a partir del Cabernet Franc
Bodega del Desierto elabora desde vinos tintos tradicionales hasta un rosado y un espumante a partir de esta cepa que gana cada vez más renombre.
El Cabernet Franc con sello argentino es un vino que, desde hace unos años a esta parte, pasó a estar en boca de (casi) todos.
Altos puntajes a nivel internacional y bodegas preocupadas por incorporar esta cepa a su portfolio de alta gama, confirman el buen momento que vive esta variedad.
Un buen momento que, por ahora, no se traduce en un boom de viñedos.Por el contrario, el Cabernet Franc está expandiéndose paso a paso, sin urgencias, a medida que se consolida la demanda.
Para ponerlo en perspectiva, en la Argentina hay apenas 913 hectáreasimplantadas con esta uva, frente a las más de 40.000 con Malbec.
En este contexto, el 74% de los viñedos de Cabernet Franc se encuentran en Mendoza. San Juan, en tanto, participa con un 14% del total.
Le siguen Neuquén, Salta, La Rioja y Río Negro, mientras que La Pampa recién se ubica en el séptimo lugar, con apenas 12 hectáreas y un share de tan sólo 1,3%.
Sin embargo, una bodega emplazada en esa provincia viene haciendo cada vez más ruido en el mercado argentino de la mano del Cabernet Franc.
Se trata de Bodega del Desierto, que en la actualidad elabora 86.000 litros a partir de esta uva y, lo que es más interesante, cuenta con seis etiquetasque la incluyen, ya sea como varietal puro o como corte.
En total, cuentan con dos vinos tintos 100% varietales y dos blends.
En paralelo, recientemente sumaron un rosado y también un original espumante.
De hecho, hasta el momento, Bodega del Desierto es el únicoestablecimiento que comercializa un espumante hecho 100% con Cabernet Franc en la Argentina.
"El Cabernet Franc está implantado en nuestros viñedos desde los comienzos del proyecto, en el año 2001. Por aquel entonces, su oferta en el mercado argentino se reducía a un par de etiquetas varietales y alguna ocasional participación en cortes, siempre en proporciones minoritarias", comenta Sebastián Cavagnaro, enólogo de Bodega del Desierto.
Según explica el experto, el suelo de la finca –emplazada en el Alto Valle del Río Colorado- es típico del desierto pampeano, en el norte de la Patagonia: profundo, suelto, arenoso, con presencia de piedras (más concentradas en algunos sectores) y pobre en materia orgánica.
"Dichos perfiles son excelentes para todas las variedades, pero el CabernetFranc parece encontrar allí un entorno especial que le permite brindar generosamente sus mejores características", acota Cavagnaro, en diálogo con Vinos & Bodegas iProfesional.
El enólogo también hace hincapié en un dato no menor: la sanidad del lugar que, según su visión, "ayuda a manejar los períodos de madurez sin problemas de enfermedades y con bajísima incidencia de accidentes climáticos como lluvias o granizo".
En cuanto a las cualidades que desarrolla el Cabernet Franc en un terroir atípico como el que la bodega encontró en esta zona de La Pampa, Cavagnaro destaca que logra una "enorme capacidad de expresión en términos de carácter y personalidad: colores intensos, complejos aromas primarios que recuerdan a frutas rojas pequeñas, como cereza, algo de cassis. También surgen especias, pimentón dulce y mucho sabor, con taninos crepitantes y jugosos".
"En nuestra opinión, hay muy buenos varietales en otras regiones argentinas, pero es difícil hallar etiquetas que reúnan todas estas cualidades juntas, como ocurre en Bodega del Desierto", acota.
Respecto del espumante elaborado con esta cepa, realmente fuera de lo común para el mercado nacional, Cavagnaro detalla que fue a partir del 2009 cuando comenzaron a experimentar en el campo de las burbujas, pero lo hacían con Chardonnay y Pinot Noir, que son los cepajes clásicos.
Tiempo más tarde, confiesa que se animó a hacer lo propio con la que es, a esta altura, la cepa de bandera de Bodega del Desierto.
"Podemos decir que logramos un producto realmente singular, diferente, 100% original. Al día de hoy no tenemos conocimiento de que exista o haya existido algo similar en el mercado argentino", acota.
En cuanto a las perspectivas que se abren para esta cepa, el enólogo destaca que "está creciendo de modo sostenido mientras aumenta el ánimo de productores y consumidores".
"En este contexto, su futuro es promisorio", afirma, para luego agregar que "no consideramos que sea una moda pasajera. Por el contrario, nos parece que hay por delante un largo camino por recorrer, muy especialmente en nuestro soleado, ventoso y agreste terruño pampeano, donde el Cabernet Franc es una insignia".
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